Una ciudad al borde del río
un
ocaso que no es muerte ni es el fin,
y la
tímida luz resistiéndose a dormir.
Abajo
el agua que no es el cielo,
arriba el cielo, empedrado y vil.
Porque
la tarde muere como mueren las cosas,
con
el silencio de lo mínimo,
como
la ausencia…
acaso
como el vivir.
Una
ciudad al borde del río
un
azul que no es azul ni es añil,
y una delgada
figura, sinónimo de resistir.
Aldo
Roque Difilippo
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